Los piojos y la pediculosis

El inicio del curso escolar supone para muchos padres la vuelta a organizar las tareas o las actividades extraescolares de los niños, pero también significa el encuentro con "viejos conocidos": los piojos.

Principalmente esto es, sobre todo, para la mayoría de las madres, que son las que por lo general, se encargan del aseo e higiene de los niños.

Los colegios o guarderías son los principales focos de infección, aunque lo cierto es que los niños pueden infestarse en cualquier lugar, como los parques, las zonas de juego o en casa de algún familiar.

Pero, ¡qué no cunda el pánico! La mejor herramienta para actuar frente a estos "incómodos" parásitos, y actuar en consecuencia, es la información.

¿Qué son los piojos?

Hay tres tipos de piojos: el de la cabeza (pediculus humanus capitis), el del cuerpo (pediculus humanus corporis) o el del pubis (phithirus pubis).

Los piojos de la cabeza son unos parásitos que viven sólo en el cuero cabelludo humano, y fuera de él no sobreviven más de dos o tres días. Los piojos no están relacionados con la falta de higiene, ni presentan ningún peligro para la salud, pero producen un intenso picor y se contagian rápidamente.

La infestación de piojos no está relacionada con la falta de higiene en los niños. Los piojos se alimentan de la sangre que obtienen a través del cuero cabelludo humano, donde depositan un líquido que provoca prurito. Cada piojo puede medir entre 2 y 3 mm. Son de color gris oscuro y no tienen alas. Tampoco saltan, pero sí se arrastran.

Estos parásitos se reproducen por huevos (las famosas liendres), translúcidos, de color blanquecino o marrón claro, que se depositan cerca del nacimiento del pelo. Cuando los encontramos a más de 6 cm de la raíz, ya no hay parásitos. Las liendres se fijan al cabello por una sustancia adherente que no se elimina con el simple cepillado.

Las hembras de los piojos pueden llegar a poner hasta trescientos huevos a lo largo de sus tres semanas aproximadas de vida, que se convierten en piojo en un plazo de seis a nueve días.

Los lugares más habituales para encontrar las liendres son detrás de las orejas y en la zona de la nuca. Aunque resultan más fáciles de ver que los piojos, ya que no se mueven, hay que examinar con paciencia cada mechón de pelo y evitar la luz directa.

No confundirlas con la caspa, pues a diferencia de ésta, las liendres están pegadas al pelo.

¿Cómo elegir la guardería de tu bebé?

A la hora de elegir una escuela infantil o guardería a los padres les surgen multitud de preguntas relacionadas con la seguridad y el bienestar del bebé o el niño pequeño: ¿cuál es el mejor centro?, ¿qué requisitos debe cumplir?, ¿estará el bebé o niño bien atendido?

Plantearse estas preguntas y otras muchas no sólo es normal, sino necesario.

Los padres no deben obsesionarse con resolverlas todas al mismo tiempo, ya que a la hora de elegir una buena guardería existen numerosos factores a tener en cuenta. Desde los económicos hasta los geográficos, pasando por la seguridad del centro, el tipo de enseñanza que se imparte, etc.

Para empezar, la madre y el padre pueden ir resolviendo cuestiones entrevistándose con los directores de los centros, visitando las guarderías, manteniendo conversaciones con los educadores y escuchando los comentarios de otros padres que ya han pasado por este proceso.

Nuestro consejo es que tu intuición te dará las pistas con las que puedes tomar tu decisión.

¿Qué factores influyen en la elección de una guardería?

En la actualidad hay muchos centros de educación infantil que cuentan con profesionales preparados para darle la mejor atención y cuidado a tu hijo.

Algunos aspectos que debes tener en cuenta a la hora de elegir la guardería para tu bebé son:

La situación geográfica de la guardería: Cuanto más cerca de tu casa o de tu lugar de trabajo, mejor, ya que te aporta comodidad y te permite ahorrar tiempo en desplazamientos. Consulta en nuestro buscador de guarderías la escuela infantil más próxima al lugar que desees.
La seguridad que ofrecen sus infraestructuras: Asegúrate de que cumplen con la normativa de seguridad vigente, que se rige por la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), y rechaza automáticamente aquellos centros que no lo hagan.
La atención afectiva en el trato personal: Antes de decidirte, habla con los profesores y responsables de diferentes guarderías. Es importante que su trato sea cordial y cercano, ya que si en una primera visita sientes frialdad y despreocupación por su parte, puede que proyecten esa actitud a la hora de cuidar y atender a los bebés y niños.
La atención pedagógica: Infórmate de los programas pedagógicos que siguen, ya que suponen una parte muy importante del servicio que ofrecen. Una guardería sin planes educativos profesionales no aportará las enseñanzas adecuadas a tu hijo. De hecho, las guarderías profesionales suelen denominarse “escuelas infantiles” porque el servicio que ofrecen es educativo. En estos centros se imparte el primer ciclo o la etapa completa de Educación Infantil, que constituye un núcleo de enseñanza no obligatoria dirigido a niños y niñas de 0 a 6 años.
El precio y qué servicios incluye: Como es natural, el precio influye mucho en la decisión de elegir la guardería, pero no debe ser lo único que te preocupe. Los servicios que aporta el centro, las instalaciones, y la calidad de los cuidadores deben ser fundamentales para acertar en tu decisión.